domingo, 23 de octubre de 2011

El amor es un misterio que transforma todo lo que toca en cosa bella y agradable a Dios. El amor de Dios hace al alma libre; ...


Oh Jesus me das a conocer y entender en que consiste la grandeza del alma: no en grandes acciones, sino en un gran amor. Es el amor el que tiene valor y él confiere la grandeza a nuestras acciones; aunque nuestras acciones sean pequeñas y comunes de por sí, a consecuencia del amor se haran grandes y poderosas delante de Dios, gracias al amor.

El amor es un misterio que transforma todo lo que toca en cosa bella y agradable a Dios. El amor de Dios hace al alma libre; es como una reina que no conoce el constreñimiento del esclavo, emprende todo con gran libertad del alma, ya que el amor que vive en ella es el estímulo para obrar. Todo lo que la rodea, le da a conocer que solamente Dios es digno de su amor. El alma enamorada de Dios y en El sumergida, va a sus deberes con la misma disposición con que va a La Santa Comunion y cumple tambien las acciones mas simples con gran esmero, bajo la mirada amorosa de Dios; no se turba ni con el tiempo alguna cosa resulta menos lograda, ella esta tranquila porque en el momento de obrar hizo lo que estaba en su poder. Cuando sucede que la abandona la viva presencia de Dios, de la que goza casi continuamente, entonces procura vivir de la fe viva; su alma comprende que hay momentos de descanso y momentos de lucha. Con la voluntad está siempre con Dios. Su alma es como un oficial adiestrado en la lucha, desde lejos ve donde se esconde el enemigo y esta preparada para el combate, ella sabe que no esta sola; Dios es su fortaleza. Diario de Santa Faustina 889, 890

Confío, Señor, en tu misericordia: alegra mi corazón con tu auxilio y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.


Hoy mi alma tiene la naturaleza de un niño. Me uno a Dios como el niño al padre, me siento plenamente la hija de Dios.

Hoy vivo la adoracion de la Santísima Trinidad. Agradezco a Dios por haberse dignado adoptarnos, por medio de la gracia, como a sus hijos.

Hoy todas las dificultades y sufrimientos que enfrento, los captaré apresuradamente como un capullo de rosa para arrojarlos a los pies de Jesus. No importa que la mano, o mas bien el corazon se cubra de sangre.

Confío, Señor, en tu misericordia: alegra mi corazón con tu auxilio y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

Hoy deseo transformarme toda en el amor de Jesus y ofrecerme junto con El al Padre Celestial. Durante la Santa Misa vi a Jesus pequeñito, en un Caliz y me dijo "Vivo en tu corazon tal y como ves en este caliz".
Despues de la Santa Comunion sentí en mi propio corazón los latidos del Corazon de Jesus. Aunque desde hace mucho estoy consciente de que la Santa Comunion dura en mi hasta la siguiente Comunion, hoy todo el dia adoro a Jesus en mi corazon y le pido con Su Gracia proteja a los niños pequeños del mal que los amenaza. La viva presencia de Dios que se deja sentir incluso fisicamente dura el dia entero, no me impide absolutamente cumplir con mis deberes.

Confío, Señor, en tu misericordia: alegra mi corazón con tu auxilio y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

Oracion

Deseo transformarme en tu misericordia y ser un vivo reflejo de ti, oh Señor.
Que este más grande atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón y mi alma al prójimo.
Ayúdame Señor, a que mis ojos sean misericordiosos para que yo jamás sospeche o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle.
Ayúdame Señor, a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos. Ayúdame Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás critique a mi prójimo sino que tenga una palabra de consuelo y de perdón para todos.

Ayúdame Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargar sobre mí las tareas más difíciles y penosas.
Ayúdame Señor, a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio. Mi reposo verdadero está en el servicio a mi prójimo.
Ayúdame Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo.
A nadie le rehusaré mi corazón. Seré sincera incluso con aquellos de los cuales sé que abusarán de mi bondad. Y yo misma me encerraré en el misericordiosísimo Corazón de Jesús. Soportaré mis propios sufrimientos en silencio. Que tu misericordia, oh Señor, repose dentro de mí. Jesús mío, transfórmame en tu porque tú lo puedes todo.

Santa Faustina
Rezamos junto a las Hermanas el Rosario de la Divina Misericordia por la paz del mundo y por la Patria Argentina en este dia especial de elecciones.