jueves, 7 de octubre de 2010

Misericordia Divina, remanso de corazones, paz en la turbulencia, en Ti confío.


La gracia de Dios se derrama sobre nosotros siempre, y no presisamente porque seamos santos, sino por su maravillosa e infinita misericordia.

Primer Jueves despues de Navidad. Olvidé completamente que hoy es jueves. por eso no hice la Adoracion. Junto con otras hermanas fui al dormitorio a las nueve. Extrañamente no lograba dormir. Me parecia que no habia cumplido algo. En la memoria hice un repaso de mis obligaciones y no pude recordar nada; eso duro hasta las diez. A las diez vi el rostro martirizado de Jesus. De pronto Jesus me dijo estas palabras: Te esperé para compartir contigo el sufrimiento, ya que quien puede comprender Mis Sufrimientos, mejor que Mi esposa? Pedi el perdon a Jesus por ser tibia. Avergonzada, sin atreverme a mirar a Jesus, pero con el corazon contrito, pedi a Jesus se dignara darme una espina de Su Corona. Jesus contestó que me daria esa gracia, pero al dia siguiente e inmediatamente la vision desapareció. Por la mañana, durante la meditación, sentí una espina dolorosa en la parte izquierda de la cabeza; el dolor duró el dia entero, pensé continuamente como Jesus habia logrado soportar el dolor de tantas espinas que hay en la Corona. Uni mis sufrimientos a los sufrimientos de Jesus y los ofrecí por los pecadores. A las cuatro al venir a la Adoracion, vi a una de nuestras alumnas ofendiendo terriblemente a Dios con los pecados impuros de pensamiento. Vi tambien a cierta persona por la cual pecaba. Un temor atravesó mi alma y pedí a Dios por los dolores de Jesus, que se dignara sacarla de esa horrible miseria. Jesus me contestó que le concederia la gracia no por ella, sino por mi plegaria; entonces comprendí cuánto deberiamos rogar por los pecadores y especialmente por nuestras alumnas. Diario 348- 349

Meditacion junto a Santa Faustina Oh Jesus te doy gracias por las pequeñas cruces cotidianas, por las contrariedades con las que tropiezan mis propositos, por el peso de la vida comunitaria, por una mala interpretacion de mis intenciones, por las humillaciones por parte de los demas. Te doy gracias por los sufrimientos interiores, por la aridez del espiritu, por los miedos, los temores y las dudas, por las tentaciones y las distintas pruebas. En Ti, oh Señor todo lo que da Tu Corazon paternal, es bueno Hagase de mi segun Tu Voluntad.

La misericordia de Dios es mas grande de lo que pensamos: ¡Dios es Amor! Es por eso que Jesus nos asegura que ha venido para que el hombre comprenda y acepte que Su gracia se hace presente en obras por medio de la Fe. Todos aquellos que acudieron a Jesus con Fe recibieron: libertad fisica, espiritual y tambien la felicidad que Dios asegura a cada hombre sobre la faz de la tierra. Por medio de la oracion.. La oracion reserva nuestras fuerzas para continuar confiando en el Señor, es la que nos fortalece en los momentos dificiles . La oracion y la confianza en Dios cuando le permitimos actuar, nos colma de paz espiritual en el alma, pues por medio de la oracion Dios une el cielo y la tierra. La persona que tiene fe sabe que siempre la Gracia de Dios lo acompaña, en las buenas y en las malas, si estamos sufriendo aprendamos a orar para encontrar el camino de la salvacion.

Asi escribia en su diario Santa Faustina sobre la oracion..
"A través de la oración el alma se arma para enfrentar cualquier batalla. En cualquier condición en que se encuentre un alma, debe orar. Tiene que rezar el alma pura y bella, porque de lo contrario perdería su belleza; tiene que implorar el alma que tiende a la pureza, porque de lo contrario no la alcanzaría; tiene que suplicar el alma recién convertida, porque de lo contrario caería nuevamente; tiene que orar el alma pecadora, sumergida en los pecados, para poder levantarse y no hay alma que no tenga el deber de orar, porque toda gracia fluye por medio de la oración" (Diario, 146).

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Rezemos
Oracion de Sanacion

Creo En Ti

Cuando llega la dificultad y las pruebas, en los momentos de angustia, de duda o enfermedad, es bueno decir al Señor que seguimos creyendo en El.

Señor, Tu siempre me has dado
La fuerza necesaria,
y, aunque débil,
Creo en Ti.

Señor, Tu siempre me has dado
La paz de cada día,
y, aunque angustiado,
Creo en Ti.

Señor, Tu siempre me has guardado
En la prueba,
Y, aunque estoy en ella,
Creo en Ti.

Señor, Tu siempre has alumbrado
Mis tinieblas,
Y, aunque no tengo luz,
Creo en Ti.




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