miércoles, 14 de abril de 2010

Hoy procuro estar en silencio para poder oir Tu Voz, Señor.


"No solo mi alma, sino todas, Señor."

"Alma mia, déjate inundar del mas ardiente deseo de que todas las almas, y sobre todo los pecadores, vengan a purificarse en el agua de la penitencia, que se inunden de sentimientos de confianza y no de temor, porque Soy Dios de Misericordia y siempre estoy dispuesto a recibirlas en Mi Corazon."

Jesus, ¡Con cuanta suavidad y dulzura nos amas! Cuando surgen obstaculos en el camino tenemos dudas de acercarnos a Ti, y algo nos dice; "acercate ahora", y otra voz contraria dice; "es por conveniencia, no será bien recibida tu intención". ¡¡Que poco conocemos de Tu Amor!!
Tu nos recibes siempre con amor paternal. Quiero convencerme de Tu Amor.
Quisiste quedarte con nosotros en el Sacramento de Tu Divino Amor, Señor que no dude ni un instante de Tu Inmenso Amor para con todas las almas!.

Dios se nos da, nosotros nos damos, acepatando el sacrificio aun de nuestra paulatina destruccion transformada en ofrenda.

Dice Santa Faustina
Cuando recibí a Jesus en La Santa Comunion, mi corazon exclamó con toda la fuerza: Jesus transformame en una segunda Hostia. Quiero ser una Hostia viva para Ti. Tu Eres el Gran Señor, Omnipotente, Tu puedes hacerme esta gracia. Y El Señor me contestó: "Tu Eres una Hostia viva, agradable al Padre Celestial, pero medita: Que es una Hostia? Una ofrenda.
entonces..?"
Oh Jesus mio comprendo el significado de la Hostia, comprendo el significado de la Ofrenda. Deseo ser una Hostia viva delante de Tu Majestad, es decir una ofrenda viva que arde para Tu Gloria cada dia. Diario de Santa
Faustina Kowalska 1826.

Cuando mis fuerzas empiecen a disminuir, entonces La Santa Comunion me sostendrá y me fortalecerá.
Reza Junto a nosotros esta oracion
Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén





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